Mary Carpenter fue la primera mujer en tener un trabajo publicado por la Statistical Society of London.Su mujer e hijas se hicieron cargo del internado que él mismo estableció en Great George Street, Brandon Hill, Bristol.[8] Más tarde en ese mismo año conoció a Joseph Tuckerman, un estadounidense unitario quien había fundado el Ministerio para los Pobres en Boston, Massachusetts.[10] En 1835 Mary ayudó a organizar un proyecto llamado "Working and Visiting Society" en los barrios bajos de Lewin's Mead, en el cual trabajó como secretaria durante casi veinte años.En 1846, Mary atendió una reunión precedida por el prominente abolicionista William Lloyd Garrison y Frederick Douglass,[15] quien había escapado de la esclavitud en 1838.[16] Carpenter contribuyó a la recaudación de fondos para la causa abolicionista, manteniéndose interesada en ella durante los próximos veinte años.[21] En 1848 el cierre de su escuela privada le otorgó más tiempo para dedicarse a la educación para personas pobres y al trabajo caritativo.[27] En 1852 puso sus ideas en práctica creando un reformatorio en Bristol en 1852, en las instalaciones de una escuela que había sido originalmente establecida por John Wesley en Kingswood.En la asamblea de la Asociación Británica en Oxford (1860) leyó un ensayo sobre este tema, y debido principalmente a su instigación, en 1861 se celebró en Birmingham una conferencia sobre escuelas para personas de bajos recursos haciendo referencia (o con relación) a las subvenciones del gobierno para la educación.Durante su visita Carpenter conoció a Keshab Chandra Sen, líder del Brahmo Samaj.[38] El trabajo de Mary Carpenter empieza a atraer la atención en Europa y más allá.Sin embargo no toda esta atención era favorable, el papa Pío IX condenó sus libros y su trabajo en 1864.[41] Posteriormente fue a Neuchätel, Suiza, para estudiar el sistema penitenciario de Louis Guillaume,[22] y en 1873 viajó a los Estados Unidos donde se reunió con abolicionistas como William Lloyd Garrison y Frederick Douglas.[22] Carpenter apoyó el movimiento para la educación superior de las mujeres[11][42] y siempre apoyó la causa feminista pero durante la mayor parte de su vida no lo hizo públicamente por creer que la impopularidad del movimiento a favor del sufragio femenino podría dañar sus reformas educacionales y penales.[45] Sin embargo, a principios del siglo XXI, muchas de las causas de la delincuencia juvenil al parecer siguen sin resolverse[46] y las fallas en las cárceles juveniles contemporáneas han sido criticadas por organismos oficiales.