Como solución, el avión fue rediseñado como un nuevo modelo y equipado con un motor Hispano-Suiza 8, denominándose F.4 Buzzard.
Tras realizar su primer vuelo en junio de 1918, volvió a arrojar unos buenos resultados técnicos y la RAF ordenó su inmediata construcción.
Las entregas a la RAF habían empezado justo cuando se firmó el armisticio entre los Aliados y los alemanes.
[8] Algunas de estas aeronaves prestaron un gran y largo servicio; como los seis Buzzard españoles que permanecían en servicio en 1936, al comienzo de la guerra civil española, quedando todos ellos bajo control del Gobierno Republicano.
[9] Sin embargo, se encontraban tan anticuados y desgastados que las FARE los emplearon en misiones secundarias durante la contienda.