Marta Colvin
Su gran retrospectiva se realizó en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1993 y dos años más tarde fallecía en Santiago.[12] Colvin era muy diestra en las "técnicas de la talla en piedra, el vaciado en bronce y el desbaste en madera, siendo esta última una característica en su producción".[7] En sus comienzos, predominaban las figuras humanas, pero fue evolucionando «hacia un estilo que intentó representar las fuerzas elementales de la naturaleza».Desarrolló así "una temática abstracta que plantea la búsqueda de formas y simbologías sudamericanas".[4] El archivo personal de la artista fue donado por la Sucesión Marta Colvin en 2007 a la Biblioteca y Archivo del Museo Nacional de Bellas Artes,[3] y en los años siguientes se organizó el Fondo Marta Colvin, que está disponible a los estudiosos desde 2010.[13] Estos terrenos eran parte del fundo El Mono, de su primer marido, Fernando May Didier, en cuya casona la futura escultora vivió desde los 16 a los 31 años dse edad; el hijo de ambos, Fernando May Colvin los donó a la universidad.