Estuvo al servicio del obispo Alonso Suárez, siendo su provisor e incluso dispuso de una capilla para ser enterrado, situada en el trascoro, en la nave del Sagrario, flaqueada por las capillas del canónigo Miguel Granados y la capilla del deán Alvar Pérez de Santa Cruz.
[1] A la muerte del obispo, Martín continuó en la diócesis ejerciendo funciones de administrador hasta el nombramiento del nuevo obispo que recayó en el trinitario Diego Gayangos en 1522, pero a los pocos días de su elección murió, por lo que no llegó a tomar posesión de la diócesis.
Por lo tanto siguió un año más, hasta la entrada del cardenal Merino, que sería el nuevo obispo.
[2] Martín amasó una buena fortuna en el tiempo que estuvo con el obispo.
Además, compró una huerta en Otíñar, lindera al camino de Granada.