La recolección de mariscos y otros alimentos desde zonas costeras es una actividad practicada desde tiempos remotos en todo el mundo e incluso existe una teoría, hoy desacreditada, que sostiene que el ser humano habría adquirido su andar bípedo y otros rasgos que lo diferencian del resto de los simios por haber pasado una época viviendo en la costa africana como recolector de mariscos.[1] Los concheros, formados por las acumulaciones de las partes duras de los moluscos (conchas y valvas) son uno de los sitios arqueológicos más comunes en el mundo.[2][3] Los diferentes tipos de playa dan lugar a distintas técnicas de marisqueo.En las zonas rocosas existen moluscos adheridos a la roca y crustáceos que se refugian en cavidades; mientras que en las zonas arenosas se encuentran en galerías excavadas.Para desprender mariscos adheridos se emplean herramientas de palanca, para capturar crustáceos y cefalópodos existen ganchos y objetos punzantes y para sacar mariscos de la arena se usan utensilios de excavación, semejantes a espátulas o a azadas.