Esta, anuncia Brichanteau, ha sido vista en Blois (relata el episodio del acto I), pero luego ha desaparecido.
Empiezan un duelo, interrumpido rápidamente por la llegada de Marion, que grita, alertando a los arqueros.
Entra Saverny, de incógnito, y relata al juez Laffemas su propia muerte.
Entran entonces Marion y Didier: se han unido, para esconderse, a una compañía de cómicos itinerantes.
Entra Luis XIII, enfurecido contra el cardenal de Richelieu, que lo aparta del poder.
Hecho esto, entre en el patio donde Didier y Saverny esperan la muerte; pero Didier, aun enfadado, y asqueado, porque adivina lo que ella ha tenido que hacer para llegar hasta ahí, se niega a seguirla.
Es leída el 9 de julio ante sus compañeros partidarios del romaticismo (Balzac, Delacroix, Musset, Dumas, Vigny, Santa-Beuve, Mérimée, y Taylor, entonces comisario real en el Théâtre-Français, entre otros), y presentada ante los socios del Théâtre-Français poco después, que la aceptan con entusiasmo.
Los censores ven en este retrato, no solo un ataque contra el sistema monárquico, sino, sobre todo, una alusión apenas velada a Charles X, entonces reinante.
Las razones son diversas : en la Comédie Française son reticentes a dejar Hernani en cartelera, a pesar de las protestas de Hugo; éste, por lo demás, está buscando una compañía (y un director) más cooperativos y un público más popular.
Hugo reelabora ligeramente su manuscrito: el final es modificado por consejo, sobre todo, de Marie Dorval.
Didier, que en la versión original no perdonaba a Marion, cambia de opinión en el último minuto.
Florence Naugrette, Le théâtre romantique : Histoire, écriture, mise en scène, Paris, Seuil, 2001.