Mario Arregui

Se mudó a Montevideo en 1935 con la finalidad de estudiar Derecho pero abandonó la carrera poco después.

Más tarde reconocería que «de a poco abandoné los estudios solicitado por la política y la literatura».

Frecuentó diversos cafés y entró en contacto con la corriente literaria que posteriormente sería denominada «generación del 45».

En 1947 se casó con la poetisa Gladys Castelvecchi; con ella tuvo a sus cuatro hijos: Martín, Alejando, Vanina y Román.

Por esa época colaboró frecuentemente con el semanario Marcha, dirigido por Carlos Quijano, a quien Arregui profesaba un enorme respeto.

[1]​ Los cuentos más destacados de Mario Arregui poseen una impronta «rural», si bien con frecuencia el protagonismo escénico lo toman el pueblo, la ciudad, y hasta lugares ficticios, creaciones particularmente arreguianas.