Marina Torres

Su padre murió cuando ella tenía cuatro años, así que su madre con ella y sus dos hermanas (Francesca (Paquita) y Vicenta) se trasladó a a Barcelona.

[6]​ En 1923, con veinte años, se trasladó a Madrid por motivos laborales, y en 1924, cuando murió Ricardo Urgell, fijó su residencia definitiva en esta ciudad.

Algunos directores la rechazaron por su marcado acento catalán y para desmentir esas afirmaciones se dedicó al doblaje.

En 1934, se casó con el torero Francisco Díaz Pérez, conocido como Pacorro, y abandonó su carrera.

[7]​ A petición de las productoras, aceptó posteriormente papeles secundarios en largometrajes como Bambú y Goyescas.