Tras sus planes iniciales de convertirse en institutriz, recibió una educación en dibujo por el profesor y grabador Christian Forsell, aunque ya había recibido clases de arte de parte del pintor Alexander Hambré, quien le enseñaría a realizar retratos realistas y rápidos en lápiz y tiza.
Comenzó dibujando a sus amigos de la familia Forsell, con quienes vivía, y pronto se volvió popular en la alta sociedad el ser retratado por mamsell Röhl.
Gracias a esto Maria Röhl fue capaz de mantenerse como artista.
Solía ser contratada por aquellos que no podían permitirse un óleo, y retrató a un gran número de famosos de la época, tanto aristócratas como actores.
Durante sus últimos días, el arte de la fotografía se convirtió en un duro rival para sus retratos.