Marcelino Calero y Portocarrero

[1]​ Por su condición de liberal exaltado, volvió a tener que exiliarse, esta vez en Inglaterra, en Londres tras el Trienio Liberal (1823).

[4]​ En Madrid, en 1836, editó El Ciudadano (revista que llevaba el subtítulo de Apuntes para la historia, y revista semanal política, económica y literaria).

La empresa fracasó al no encontrar suficientes inversores.

Imbrechts traspasó la concesión al propio Calero, que volvió a intentar el proyecto, rediseñando el trazado (hasta Puerto de Santa María y Rota) y rebautizándolo como Camino de Hierro de la Reina María Cristina, que fue autorizado al año siguiente (1830), pero volvió a fracasar.

[6]​ Encausado judicialmente en 1834, su defensa a cargo del abogado Ruperto Raya fue considerada un modelo de elocuencia forense.