María del Pilar Sinués
Recibió educación en el convento de Santa Rosa, gracias a lo cual desarrolló cualidades literarias.Allí, colaboraron juntos en varias publicaciones tales como la revista La España musical y Literaria.La revista Álbum de señoritas con la que Bécquer tenía una gran vinculación publicó una fábula suya.Su marido adaptó además con gran éxito al teatro su obra El sol de invierno.Al igual que criticó a Rosario de Acuña por su protagonismo en la vida intelectual y su postura política.La separación matrimonial provocó seguramente su viaje como corresponsal a París pero también le trajo el ostracismo institucional ya que rompió la retórica doméstica que se exigía a las escritoras virtuosas.Sinués obtuvo su gran éxito literario porque se adscribió al «canon isabelino» que asociaba la belleza estética con las obras de inspiración cristiana y moralizante.La influencia indiscutible provenía de los trabajos teóricos del poeta francés Lamartine sobre el idealismo cristiano que avala la literatura femenina de temática sentimental, religiosa, doméstica y paisajística, donde entra Sinués.Después escribió obras costumbristas al estilo de Böhl de Faber, y en El ángel del hogar enumerará cómo debe ser una escritora virtuosa que además es hija, hermana, madre y esposa.Era consciente de su evolución personal que se acentuó con su separación matrimonial; así en 1879 defendía la profesionalización literaria.[5] El desprestigio en el que cayó la figura de Sinués fue debido a la desvalorización que cayó sobre la cultura isabelina al considerarla femenina y lejos del genio creador masculino, concepto dominante en la Restauración.Publicada en 1857 su éxito fue enorme teniendo y estuvo reeditándose al menos treinta años, siendo su última edición en 1881.Alababa en él cómo Sinués pretendía con ella educar a las lectoras en los valores que les harían ser la “mujer ideal”.