En la partida de nacimiento figura como: Mª Pilar Josefa Luisa Antonia Ramona Vizenta Patricia Gabriela Azedo Sarria.
La marquesa era una persona de gran belleza, culta, que hablaba francés e italiano, escribía versos, pintaba miniaturas y tocaba la guitarra.
En el palacio se reunían tertulias de ilustrados que dirigía ella misma o el marqués, persona liberal, anticlerical y contrario a la Inquisición.
Es una gran música y toca tan bien el piano como jamás he oído tocarlo tan perfectamente a una mujer, con tanta rapidez, prontitud, expresión, y buen gusto tal, que no se podría esperar más ni de un virtuoso.
Louis Stanislas de Girardin, marqués de Girardin, en sus Memorias,[4] dice de la marquesa, en 1808, lo siguiente: «Era una mujer que sin estar en la primera juventud todavía era extremadamente agradable; elegante, bien formada, hablaba perfectamente italiano y francés, cantaba agradablemente, tañía la guitarra, recitaba poemas en todas las lenguas y pintaba retratos en miniatura con gran destreza.
A todos estos talentos, ella añadía el conocimiento del mundo y un espíritu coqueto».
Aguirre vendió su palacio al rey José por 300 000 reales, una enorme cantidad para la época.
«¿Os parece mucho?», le preguntó José I a un cortesano de confianza, su primer caballerizo, el conde Girardin.
Los amores de la marquesa corrían en coplillas por Madrid (“La Montehermoso / tiene un tintero / donde moja su pluma / José Primero”).
Entre los pequeños Hugo, se encuentra el que luego sería famoso novelista y poeta Víctor Hugo y su hermano Abel, quien dejó constancia por escrito de su estancia madrileña en la revista Deux Mondes.
Es también en estos años en los que Goya inmortalizará a la niña Amalia en su cuadro La marquesa de Montehermoso.
El rey francés llegó a Vitoria el 19 de junio con sus servidores, incluida la marquesa, ya viuda.
En Vitoria tuvo lugar la última batalla importante de la Guerra de la Independencia, el día 21, en la que las tropas francesas fueron derrotadas por un ejército aliado integrado por soldados ingleses, portugueses y españoles, y comandado por lord Wellington.
José y su séquito, incluida la marquesa, abandonaron la ciudad camino de Francia.