Desde muy temprana edad se sintió atraída por el Sagrado Corazón de Jesús, al cual veía desde pequeña.
En 1888, visitó con su madre el Hospital de Darfeld y allí encontró a una niña que había dado escándalo.
María, superando su timidez y el disgusto de la madre, se acercó a la niña caída en desgracia.
Se podría decir que esto fue su primer contacto con el carisma de las Hermanas del Buen Pastor.
En la Iglesia Parroquial, poco tiempo después, manifestó haber percibido la voz de Jesús diciéndole: "Tienes que entrar en el Convento del Buen Pastor".
Ella también era muy unida a la ahora Beata Dina Bélanger, la cual, dice que se unían por medio del Corazón de Nuestro Señor Jesucristo, el cual compartían.
La principal atención de la madre superiora, sin embargo, fue siempre para las jóvenes internas, prefiriendo las más pobres y desafortunadas.
Después de la Santa Comunión, Él me dijo: "- Yo quiero que la Iglesia sea consagrada a Mi Corazón.