María, que fue descrita como inteligente y religiosa, influyó a su marido católico para que se convirtiera al protestantismo; él lo hizo en 1546, y también asumió el control de los territorios francos de su cuñado, Alberto Alcibíades de Brandeburgo-Kulmbach.
Después de la muerte del padrastro de María, Otón Enrique del Palatinado, en 1559, su marido Federico se convirtió en elector palatino.
Como electora, ella estuvo muy implicada en asuntos de estado aunque Federico no toleraba interferencia directa.
Tuvo influencia en asuntos religiosos, y como una devota seguidora del luteranismo, se opuso firmemente al zwinglianismo.
María pasó el último año de su vida sufriendo de gota y estuvo la mayor parte del tiempo postrada en su cama.