El zwinglianismo es una confesión reformada basada en la Segunda Confesión Helvética, promulgada por el sucesor de Ulrich Zwingli, Heinrich Bullinger, en la década de 1560.
Los puntos de vista de Zwinglio sobre el bautismo eran en gran parte una respuesta a los anabaptistas, un movimiento que atacó la práctica del bautismo infantil.
Defendió el bautismo de niños, describiéndolo como una señal del pacto del cristiano con Dios, tal como Dios hizo un pacto con Abraham.
En su doctrina, los cristianos deben obedecer al gobierno, pero se permite la desobediencia civil si las autoridades actúan en contra de la voluntad de Dios.
Describió una preferencia por una aristocracia sobre el gobierno monárquico o democrático.