María de Jesús de Ágreda

Mantuvo una abundante relación epistolar con el rey Felipe IV durante más de veinte años.Sus padres se llamaban Francisco Coronel y Catalina de Arana.Concibieron 11 hijos, pero solo cuatro sobrevivieron: Francisco, José, María y Jerónima.Casi no pasaba día sin que frailes franciscanos visitasen a la familia (RA 46-47).«Con verdad puedo decir que en mi vida les vi [a los padres] el rostro sereno hasta después de religiosa» (RA 98).El conocimiento propio le aterraba, iba a los lugares ocultos.Por todo ello los padres la juzgaban insensata e inútil, y le daban el trato áspero que hemos dicho.Ante esto, María dio su conformidad al nuevo plan y desistió de ir a Tarazona.Madre e hijas se decidieron por el instituto de descalzas.Dieciséis años tenía Sor María cuando tomó el hábito, juntamente con su madre y hermana.Una vez vestido el hábito, Sor María reacciona contra la disipación anterior y se entrega toda a la vida espiritual.En 1627, con tan sólo 25 años, sería nombrada abadesa del convento franciscano de Ágreda, fundado por sus padres.Se dice que tenía el don de la bilocación, siendo señalada por franciscanos e indígenas contemporáneos como predicadora en Nuevo México, pese a que nunca abandonó su claustro.La explicación no deja de ser complicada, pero los datos son serios e impresionantes.[1]​ En 1673 se inició su proceso de beatificación, llegando a ser declarada venerable por Clemente X.En la iglesia del mismo se conserva su sepulcro y su cuerpo incorrupto.Son más de 600 cartas entrecruzadas que constituyen una fuente historiográfica excepcional para conocer la política española del siglo XVII.En ellas interviene en los asuntos sociales y políticos dándole sus consejos al monarca.[5]​ También mantiene correspondencia con otros personajes ilustres del momento como Francisco de Borja o el futuro Papa Clemente IX.
Relicario del siglo XVIII
Convento de la Concepción , en Ágreda , que fue casa de los Coronel.
Retrato de la V. M. sor María de Jesús Ágreda, grabado firmado I. F. Leonardo publicado como ilustración de la Mística Ciudad de Dios , en la edición impresa en Madrid en 1688.
Estatua yacente (arriba) y cuerpo incorrupto (debajo) de Sor María de Jesús de Ágreda, en la iglesia del Convento de las Concepcionistas de Ágreda .