Fue de las primeras inscritas en el recién fundado colegio al que asistió junto a su hermana Chila.
Ese mismo colegio conserva en la actualidad una sala museo con la cama donde durmió la beata durante su estadía en Nicaragua antes de partir a Costa Rica.
[3] Durante sus años en el noviciado se destaca por sus habilidades en la música, especialmente el piano, por lo que se le asigna la responsabilidad de profesora de música y directora del coro.
Durante su estancia en Nicaragua comienza a cargar la "libreta negra", escribiendo en ella sus oraciones y pensamientos, los que serán publicados tras su muerte.
[4] En 1930 profesa votos perpetuos en Granada y al año siguiente es remitida a Costa Rica.
[5] Entre sus obras sociales y espirituales más importantes en Costa Rica están las siguientes: Según el periodista Carlos Fernando Chamorro Cardenal, las obras que Sor María realizó en Costa Rica, beneficia a los más pobres de Costa Rica, que son la mayoría de los 500, 000 nicaragüenses que viven en ese país.
[6] Las obras han funcionado con base en donaciones y colaboraciones de carácter voluntario, bajo la consigna "Pon tu mano, Madre Mía.