Es perennifolio, aunque pierde parte de su copa durante la temporada más seca, entre diciembre y enero.
Las flores aparecen constantemente a lo largo del año, aunque su mayor número se presenta en marzo.
La causticidad es tan elevada que consume con facilidad la tela de algodón y otros materiales ligeros.
Pararse debajo del árbol durante la lluvia causará ampollas en la piel por el mero contacto con este líquido: incluso una pequeña gota de lluvia con la sustancia lechosa hará que la piel se ampolle.
El contacto con su savia lechosa (látex) produce dermatitis ampollosa, queratoconjuntivitis aguda y posiblemente grandes defectos del epitelio corneal.
El polen que emite esta planta es altamente alergénico y puede desatar severas reacciones en personas sensibles.