Apoyó la revolución unitaria de 1849 contra el gobernador Pedro Castañeda y fue diputado provincial.
Desde 1854 fue diputado al Congreso de la Confederación Argentina, instalado en Paraná.
Esta ley fijaba aranceles aduaneros más altos para las mercaderías ingresadas a la Confederación desde Buenos Aires (provincia que se había separado de la Confederación) para evitar que continuara ingresando casi todas las importaciones por el puerto de esa ciudad; de esa manera se aumentaba la recaudación aduanera, que era la principal fuente de ingresos, tanto de la Confederación como del Estado rebelde.
Su mandato caducó a principios de 1862 y se instaló en Rosario, donde ejerció como abogado particular.
Fue presidente del organismo que organizó la banca provincial.