Establecido en Ponce, trabaja para ganarse el sustento, y aún siente mucho mayor interés en instruirse.
Lee mucho y estudia idiomas, pero habiendo contraído la fiebre amarilla, tiene que interrumpirlo todo y pasar a reponerse a un poblado de montaña al que la epidemia no había llegado.
En ese ambiente rural su espíritu observador se llenará de imágenes que pronto le permitirán revelarse como excelente escritor costumbrista.
En principio, Fernández Juncos escribió para un periódico llamado El Progreso, fundado por José Julián Acosta.
Fernández Juncos se unió al Partido Autonomista, que había sido fundado por Roman Baldorioty de Castro, convirtiéndose en el secretario.
Además de su obra poética, se distinguió porque fundó un albergue para huérfanos el cual opera hasta la fecha, y la Cruz Roja en Puerto Rico.