Llegó a participar en la guerra de Cuba,[1] de la que regresó para conocer a su primogénito, Manuel.
[7] Presidió el Consejo de Guerra que juzgó a los oficiales rebeldes de Barcelona y asistió al juicio contra los oficiales rebeldes en Madrid.
[9] Al final de la contienda intentó refugiarse en la embajada de Chile,[10] aunque no lo consiguió y finalmente fue hecho prisionero por los franquistas.
Fue juzgado en consejo de guerra y condenado a muerte, aunque esta le fue conmutada tras algunas intervenciones a su favor por parte del diplomático cubano Ramón Estalella Pujola.
[2] Dos años después fallecería también su esposa, María de las Mercedes Iracheta.