En 1882 comenzó la carrera eclesiástica, realizando estudios de Latín y Humanidades en Andorra.
Estudió en los seminarios de Belchite y Zaragoza.
Cantó su primera misa en 1891, año en que fue nombrado capellán y coadjutor de Calanda, cargos que ejerció durante toda su vida.
Con el estallido de la guerra civil española, fue perseguido por milicianos frentepopulistas y, tras un simulacro de juicio y dos días de cárcel, fue condenado a muerte por ser sacerdote.
Posteriormente, sus restos mortales fueron trasladados al Templo del Pilar, en una de cuyas naves reposan.