En este estilo manierista, sus figuras parecen alargadas y tienen cabezas pequeñas, los pliegues de los tejidos caen rígidos y densos, como asemejándose a escaleras, y las imágenes están enmarcadas con ornamentaciones utilizadas ya en el estilo de cerámica de figuras negras.
Las escenas más representadas son las del tipo dionisíaco como la procesión denominada como o de simposio, extracciones de la vida real o del mito y con una teatralidad intrínseca.
Ocasionalmente, también se representan motivos raros, como la locura de Salmoneo, la única pintura conocida del tema.
[1] Los primeros representantes de este estilo trabajaron en el taller del alfarero Misón entre el 480 a. C. y el 450 a. C..
La fase intermedia, entre aproximadamente 450 a. C. y 425 a. C. está dominada por el grupo Hefesto-Nausícaa que comprende siete artistas, entre los principales, el Pintor de Hefesto y el Pintor de Nausícaa.