Su campamento nómada atrajo a muchos estudiantes de la ley islámica y beduinos que le pedían bendiciones.
Su objetivo era crear la ciudad para convertirla en un centro de intercambio comercial entre el África subsahariana y Europa.
En 1902, con la mayor parte de la ciudad concluida, al-'Aynayn se mudó allí y la declaró como su capital sagrada, creando entre otras obras, una importante biblioteca islámica.
Varias tribus saharauis incursionaron contra las fuerzas foráneas, pero las tropas francesas lograban avanzar de a poco, conquistando territorios.
Hoy, los descendientes de Ma al-'Aynayn ocupan importantes puestos en los movimientos independentistas, en Marruecos y en Mauritania.