Se le dio el nombre oficial de servicio 105 mm artillero autopropulsado, Priest por el Ejército Británico, debido a la similitud entre el orificio superior de la ametralladora y un púlpito, pues Priest significa cura u obispo.
Su uso se considera notable durante la Batalla de las Ardenas.
Su diseño se aceptó en febrero de 1942 y la producción empezó en abril, e inmediatamente el ejército Británico ordenó centenares.
Entró en combate por primera vez en la Batalla de El Alamein.
Dados los buenos resultados obtenidos y su fiabilidad el Ejército Británico continuo empleándolo en Italia y en Francia, e incluso acabada la II Guerra Mundial.