La fiesta tradicional tiene una antigüedad milenaria, las primeras pruebas arqueológicas datan del período de los getas.
Los orígenes de la costumbre se pueden encontrar también en las fiestas romanas en honor al dios Marte, dios de la fertilidad y la vegetación, o en las fiestas en honor a su equivalente tracio Marsyas Silen.
Un mito dice cómo el Sol descendió a la Tierra en forma de chica muy bella.
Viendo lo que pasa sin el Sol, un joven valiente comenzó el camino hacia palacio del dragón para liberar la chica muy bella.
Estuvo buscando el palacio un año entero y cuando lo encontró, llamó al dragón a una lucha justa.
Llegó la primavera, la gente ha recuperado la alegría, pero el joven valiente, estaba tumbado y herrido en el palacio del dragón después de las luchas muy duras.
[1] La investigación arqueológica llevada a cabo en Rumanía, en Schela Cladovei, han revelado amuletos parecidos al mărțișor que datan de aproximadamente 8 000 años.
Como documento el mărțișor se mencionó por primera vez en una obra de Iordache Golescu.
En Dobrogea el mărțișor se lleva hasta la llegada de las grullas, y luego tirado hacia arriba parequemado por la felicidad sea grande.