y se considera la pieza más conocida de todo el arte egipcio, formaba parte del ajuar funerario de la tumba del faraón Tutankamon, descubierta en 1922 en la[1] egipcia del Valle de los Reyes, en árabe Uadi Biban Al-Muluk .
La figura se exhibe de forma permanente en el Museo Egipcio de El Cairo.
Los rasgos de la cara nos recuerdan como era el faraón en vida o como quería que fuese recordado.
En este caso sabemos que falleció joven a causa de una lesión en la rodilla que le produjo una infección generalizada, septicemia.
De esta información podemos extraer que conocían la cosmetología y por ende la utilización de plantas medicinales y algunos principios químicos.