Luis Long

Como este joven era un hombre calculador, debió de vivir con austeridad, gastando con medida, decidido a hacerse de un capital fruto de su trabajo que le permitiera instalarse por sí mismo en otro espacio, y lograr su independencia económica.Durante este periodo, conoció a Frank Seter, constructor de maquinaria, a Claudio Pellandini, fabricante de vitrales, y a Ángela Peralta, reconocida cantante de ópera.Así como México le fue atractivo como tierra de promisión, Long continuo en 1877 la busca de su lugar, el espacio en el que al fin viviera conforme a sí mismo.A partir de ese momento y hasta su muerte, este sería el espacio donde desarrollaría su gran potencial como arquitecto y constructor.Además intervino mayor o menormente en todos estos lugares, sin fecha precisa: Sacristía del Templo de la Soledad, Altar Mayor.
Detalle de la Presa de Jalpa de Cánovas