Ludovico Manin

En 1764 fue designado procurador y cinco años después consiguió quedar exento de nuevos cargos administrativos alegando mala salud.

En 1787 fue elegido para escoltar en territorio veneciano a un ilustre visitante, el papa Pío VII, que lo recompensó por ello.

La riqueza de Manin destacaba entre la de sus compatriotas, más aún en una época cuando la decadencia política y económica de Venecia había causado el acelerado empobrecimiento del Estado a lo largo del siglo XVIII, así como la extinción del antiguo poderío veneciano en el Mediterráneo.

Cuando tropas francesas invadieron Italia en 1795, varios pequeños estados italianos formaron una coalición bajo patrocinio francés, pero solo las repúblicas de Génova y Venecia rehusaron adherirse a ella.

A inicios de mayo las tropas francesas dirigidas por el general Junot ya controlaban casi todo el territorio veneciano en la península itálica, restando conquistar sólo la capital.

Tumba de Ludovico Manin en la Iglesia de Santa María de Nazareth (Venecia) .