Hasta su deportación, asistió regularmente a la Escuela Judía para niñas en la Karolinenstrasse 35, donde pudo completar su graduado en educación secundaria.
Cecilie encontró un trabajo y pudo así sobrevivir en unas condiciones inhumanas, que más tarde describiría en su libro sobre el presidente del Consejo Judío del gueto de Lodz Chaim Rumkowski.
Cecilie trabajó temporalmente en la administración del gueto como mecanógrafa para el periodista y escritor Oskar Singer.
En 1943, tras una denuncia durante un "interrogatorio" por parte de la "policía criminal" alemana, quedó sorda del oído izquierdo.
En la década de 1990, Lucille Eichengreen comenzó a escribir y publicar sus recuerdos.
Sus memorias, escritas en inglés, fueron traducidas al alemán por Ursula Wamser y aparecieron en 1992 bajo el título Von Asche zum Leben.
Dos años después fueron publicadas en Estados Unidos con el título De las cenizas a la vida.
Desde su primera visita a Alemania, Lucille Eichengreen volvió con frecuencia participando en conferencias en escuelas, universidades y en eventos conmemorativos.
Son precisamente voces como la suya, las que nos recuerdan las crueles consecuencias de dar la espalda a la humanidad, las que son más importantes hoy en día para dejar claro a los partidarios del "punto final" que el pasado nazi no es precisamente nada del pasado.