Su relación con su padre es bastante extraña: por razones de hospitalidad, las había ofrecido para ser violadas por sus convecinos (que las despreciaron, pues preferían violar a los ángeles que Dios había enviado para avisarle de la destrucción de la ciudad).
Han perdido a su madre, que acaba de convertirse en una estatua de sal (no pudo evitar volverse para ver cómo la ciudad era destruida).
Viendo que su inevitable destino va a ser la soledad, deciden emborrachar a su padre y tener relaciones sexuales con él, para quedarse embarazadas.
Sus nombres no se mencionan en la Biblia, pero sí en el Libro de Jaser como Paltith y Tamires, aunque sí en el Génesis aparecen los de los hijos que concibieron: Moab y Ben Ammi, de quienes descenderían moabitas y amonitas respectivamente.
1550), Tintoretto (1550-1558),[2] Jan Massys (1565), Jan Brueghel el Viejo (1609),[3] Francesco Furini, Hendrick Goltzius (1616), Jacob Jordaens (en el taller de Rubens, 1615 o 1618-1620), Orazio Gentileschi (1622), Artemisia Gentileschi (1635-1638), Simon Vouet (Lot y sus hijas, 1633), Gustave Courbet (1844), etc.[4]