Los quinientos millones de la begún
Mientras el primero dedica la mitad de esa fortuna a construir en Oregón (Estados Unidos) una utópica ciudad moderna, France-Ville, ordenada, limpia, sin enfermedades y con los medios de comunicación más modernos, el teléfono en cada casa y el reloj eléctrico en todas las plazas, el segundo construye, no muy lejos, Stahlstadt, la Ciudad del Acero, ciudad-fortaleza repleta de secretos en la que se produce en sus fundiciones todo tipo de armas para cualquier país o potencia que pueda pagarlas.La cercana France-Ville se convierte, de este modo, en la molesta oponente del militarismo alemán importado a los Estados Unidos.[3] Verne presenta en la novela algunas ideas raras o muy adelantadas para su época, pero que se han hecho realidad en el siglo XX: El protagonista, el joven francés Marcel Bruckmann, ingeniero y amigo del hijo del doctor Sarrasin, penetrará en la ciudad del acero bajo una falsa identidad, esperará pacientemente a que se le inicie en los secretos de la ciudad y finalmente, tras escapar de la prisión y de la muerte, salvará a los habitantes de France-Ville avisándoles con antelación.En aquellos momentos, y después de la guerra franco-prusiana, Alsacia formaba parte del imperio germano.Curiosamente también hay críticas a favor de Stahlstadt, puesto que acaba siendo considerada como un lugar bien organizado y con buenos proyectos, incluso los militares.