Más adelante su actividad se extendió a otros formatos, desde la acción pictórica hasta el vídeo performance, conciertos, instalaciones murales y finalmente en 1991 el cabaret.
Pintaron dianas en espacios públicos, decoraron fachadas con simulaciones mecánicas de una digestión, pintaron murales obscenos frente a escuelas británicas, se intoxicaron en nombre de la Madre Tierra y escribieron manifiestos en los que se difamaba con alegría a Tàpies, Bofill, Chillida y Flotats.
[4] 1987 es un año de actividad intensa de Antúnez con los Rinos que se concretan en tres trabajos Geant, Rinosacrifici y Rinodigestió,[4] año en el que el trabajo se expande a otros soportes además del grafiti.
Se trataba de una gran pintura mural (12 x 22 metros) resuelta en media hora y realizada en varias fases.
Una acción que se repetiría años más tarde (1990), en Yokohama (Japón), con el título de Abaton.
[4] El último trabajo del año 1987 fue la instalación mural Rinodigestió, que consistía en veintisiete cajas de madera y cristal llenas de alimentos: frutas, verduras, carne cruda, semillas, pan... estas cajas estaban colocadas como cuadros en las pinacotecas del siglo XIX.
Al final los Rinos se libran de su maldición y los Caparlans matan a la muerte.
El proyecto terminó porque nos estábamos convirtiendo en un grupo de teatro y no nos interesaba... ahora queremos hacer cosas distintas señala Sergio Caballero en el artículo.
En la escena los tres artistas cantando No nos moverán, hoy me siento performance y piezas en las que ironizan sobre el sistema del arte - Joseph Beuys, Volando Beuys, volando vengo y con Tapies yo me entretengo – o la proliferación de centros de arte en el tema Googleheim con el estribillo por más que me lo pidas no expondré en el Reina Sofía.
El video se presentó también en el Centro de Arte Santa Mónica en el marco del Festival Espontani.
Entre los objetivos pendientes declaran la intención de editar un libro con las fotografías realizadas por Nuria Andreu durante la vida artística del grupo.