Luego viajó a El Salvador y se convirtió en la secretaria y traductora de Salvador Sánchez Cerén, entonces llamado Leonel González, quien era el líder del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, organización guerrillera que participaba en la Guerra Civil Salvadoreña.
Una vez instalada en Perú, Berenson conoció a los líderes terroristas del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
[4] Sin embargo, la Corte IDH reportó supuesta tortura hacia ella,[5] aunque no se ordenó al Estado pagar directamente a la sentenciada sino a sus familiares.
[6] En su momento generó controversia cuando el procurador anticorrupción solicitó anular su sentencia por delitos de subversión.
Nunca efectuó pago alguno de la reparación civil por sus posibles acciones insurgentes.