Esta danza expresa la llegada de los pastores desde las altas punas hacia el pueblo donde se realiza la fiesta.
Al llegar al pueblo, hacen un pequeño descanso para comer su cancha (maíz tostado), queso y otros alimentos que traen, luego recorren las calles cantando y bailando en procura de la piadosa bondad de los santos con sus cánticos en quechua gritando y dando saltos e invitando al pueblo en general a bailar junto con ellos.
Esta danza fue declarada patrimonio cultural de la nación en noviembre del año 2012 con la resolución viceministerial N%B0 059-2012-VMPCIC-MC.
Este cuerpo de baile no es una comparsa especializada, sino que está compuesto por pobladores locales elegidos en esa misma fecha, por su habilidad e ingenio para asumir esta representación, aparte de ser devotos del Niño Jesús.
Cada conjunto está encabezado por el prioste o meyso (derivación en quechua de la palabra maestro).
La participación como cargonte confiere prestigio, por lo que es menester darle el mayor realce posible a los cuerpos de baile.
El 1 de enero, la danza hace homenaje al Niño Jesús en la capilla del barrio Ccollana.
La noche anterior al 1 de enero, previa ceremonia de "tinke" o salutación con licor en homenaje a los apus Sara Sara, Anoccacca, Pumahuiri y Ccarhuarazo, los organizadores y participantes se reúnen en la casa del carguyoq o cargonte para un primer ensayo, donde los aspirantes a bailarines mostrarán sus habilidades en la representación de los personajes, aún sin estar del todo caracterizados.