La cultura y literatura asiria provino de Babilonia, pero incluso allí hubo una diferencia entre las dos tradiciones.
Hubo poco de original en la literatura asiria y la educación (que había sido generalizada en Babilonia) fue mayormente restringida a una sola clase en el reino del norte.
Bajo el segundo imperio asirio, cuando Nínive se convirtió en un gran centro comercial, el arameo, la lengua del comercio y la diplomacia, fue añadido a las materias que la clase educada debía aprender.
Muchas obras literarias han sobrevivido hasta el día de hoy.
La historia completa es un producto compuesto y es probable que algunas de las partes hayan sido artificialmente agregadas.
Otra obra épica fue Enûma Elish que tenía como finalidad glorificar a Bel-Marduk al describir su enfrentamiento con Tiamat, el dragón del caos.
Después, Marduk puso en orden las estrellas, junto con el sol y la luna, dándole leyes que nunca podrían transgredir.