Los jesuitas han hecho numerosas contribuciones significativas al desarrollo de la ciencia.
Por ejemplo, históricamente se han dedicado al estudio de los terremotos, y en ocasiones la sismología ha sido descrita como "la ciencia jesuita".
[1] También han sido descritos como "el principal contribuyente a la física experimental en el siglo diecisiete.
Un historiador moderno escribe que en la corte Ming tardía, los jesuitas fueron "considerados como especialmente impresionantes por sus conocimientos de astronomía, confección de calendarios, matemáticas, hidráulica, y geografía.
Entre los sacerdotes jesuitas que han dedicado buena parte de su apostolado en demostrar que la relación entre ciencia y religión no se contraponen (a través de conferencias, libros, etc) se pueden citar al español Jorge Loring (1921-2013), Robert Spitzer (1952-), filósofo estadounidense y el antes citado español Manuel Carreira.