Ligamento cruzado anterior

Esta unión permite evitar un desplazamiento hacia delante de la tibia respecto al fémur, mientras que el ligamento cruzado posterior (LCP) evita un desplazamiento hacia atrás de la tibia respecto al fémur, ambos combinados proporciona estabilidad rotacional a la rodilla.

Las rupturas de este ligamento son frecuentes al realizar actividades físicas agresivas, principalmente cuando se producen impactos que provocan un genu valgo forzado de la pierna, requiriendo una operación para su reconstrucción.

Para el tejido del nuevo ligamento puede emplearse un autoinjerto o un aloinjerto.

[1]​ No obstante, la operación no es totalmente necesaria en algunos pacientes que realicen poca actividad física, quienes podrán llevar una vida normal sin este ligamento tras una rehabilitación de fortalecimiento muscular.

La prueba de Lachman o la prueba del cajón (finalmente asociada de otros exámenes clínicos o radiográficos) permiten detectar una ruptura del LCA.

Ligamento Cruzado Anterior