La Liga Balcánica fue una alianza formada por Serbia, Montenegro, Grecia y Bulgaria en 1912 con el fin de destruir los últimos restos del Imperio otomano en el continente europeo.
Los Estados balcánicos vieron una oportunidad inmejorable para atacar al enemigo turco, aturdido y sumido en el caos interno tras la derrota, para así conseguir finalmente los territorios que sus sectores más nacionalistas ansiaban.
Montenegro declaró la guerra el 8 de octubre y el resto lo hizo nueve días después tras enviar un ultimátum a Constantinopla.
Sin embargo, esta fácil victoria resultó ser un caramelo envenenado, pues enseguida nacieron disputas internas entre quienes habían sido firmes aliados.
Menos de un año después, Grecia y Serbia ayudados por Rumania e irónicamente por el Imperio otomano, atacaron a quien había conseguido conquistar más territorios en la campaña anterior: Bulgaria.