Ley de Weber-Fechner

Fue propuesta en primer lugar por Ernst Heinrich Weber (1795-1878) en 1860 en su libro Elemente der Psychophysik y elaborada hasta su forma actual por Gustav Theodor Fechner (1801-1887).

La percepción puede referirse, generalmente, a estímulos sensoriales primitivos como la luz, el ruido, el olor, etc., o compuestos (que se derivan al combinarse en un sexto sentido algunos de los anteriores), como el peso, la velocidad, una vibración, la presión, el calor, un dolor, un golpe, un mareo, etc., sin alcanzar extremos tales como la parapsicología o la percepción extrasensorial.

es el nivel de estímulo por debajo del cual no se percibe sensación.

Por lo tanto la ecuación resulta: La relación entre el estímulo y la percepción corresponde a una escala logarítmica.

Esta relación logarítmica nos hace comprender que si un estímulo crece como una progresión geométrica (es decir multiplicada por un factor constante), la percepción evolucionará como una progresión aritmética (es decir con cantidades añadidas).

La magnitud de este incremento mínimo perceptible no es constante (esto es, independiente del peso inicial que sostenemos), como cabría esperar de una relación lineal entre estímulo y percepción, sino que es proporcional a dicho peso, lo que planteado como ecuación diferencial da lugar a la citada relación logarítmica.

Ilustración de la ley de Weber–Fechner. En ambas columnas, los cuadrados inferiores contienen 10 puntos más que los cuadrados superiores. Sin embargo, la percepción es diferente: en la izquierda, el cambio es apreciable. Mientras que en la derecha, los cuadros son casi indistinguibles.