Ley de Aduana de 1835

Las provincias se encontraban económicamente desoladas como consecuencia de la desprotección decretada por el virrey Cisneros en 1809 y continuada por los gobiernos bonaerenses posteriores.

La Liga Federal no había llegado a ningún consenso en 1830 sobre el establecimiento de una protección aduanera puesto que los intereses de Buenos Aires, por un lado, y Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes, por el otro, se presentaron irreconciliables.

Y además, el desarrollo productivo general provocaría el encarecimiento del trabajo asalariado, que para los exportadores era meramente un costo.

La industria vitivinícola de San Juan, Mendoza, La Rioja y Catamarca era de alta calidad pero el precio al cual llegaba el vino extranjero al litoral no permitía a estas provincias interiores pagar el transporte terrestre necesario.

Corrientes, Catamarca, Tucumán, Córdoba, Salta y Santiago del Estero encontraron también, por entonces, su principal riqueza en la producción textil, mediante telares domésticos.

Se combinaban para ello los costos del transporte terrestre que sufría el interior y la estrategia extranjera de vender por debajo del costo para provocar la ruina de la producción regional y así garantizarse el mercado más tarde.

Con este panorama desolador se puso en marcha el plan que Pedro Ferré, gobernador de Corrientes, había presentado 5 años antes a la Liga Federal.

Las mercaderías sacadas para el interior, por su parte, como lo había pedido Ferré en 1831, fueron libradas de todo gravamen.

En Buenos Aires, la industria ganadera no retrocedió ni un paso, al tiempo que se llenó de talleres.

En Córdoba y Tucumán se desarrollaron a toda velocidad los centros manufactureros más importantes del país.

Salta se convirtió en otro gran centro industrial, especializado en la hilandería, la elaboración de cigarros, vasijas, suelas, becerros, curtidos, harina y vino.

El interior, por su parte, y como en la época del virreinato, volvió a inundarse de plata boliviana, que se distribuyó por todo el país.

El régimen económico liberal en realidad hizo su primera aparición en la Argentina que derrocó a Rosas y una vez resueltos los grandes conflictos internos en las guerras civiles posteriores, hacia 1865.

Juan Manuel de Rosas, creador de la Ley de Aduana en 1840.
Plaza Victoria, Buenos Aires. 1829.