Por su extrema toxicidad, la lewisita es un compuesto empleado en la fabricación de armas químicas que actúa como agente vesicante e irritante pulmonar, a veces usado en combinación con el gas mostaza.
Una absorción suficiente de este compuesto puede causar envenenamiento sistémico, que llevará a una necrosis hepática o incluso la muerte.
La inhalación de la lewisita causa quemazón dolorosa, moqueo nasal, tos, vómito y posiblemente edema pulmonar.
Los síntomas generalizados también incluyen nerviosismo, debilidad, temperatura inferior a la normal y baja tensión arterial.
Durante los últimos veinte años, residentes de la zona han muerto por la exposición accidental a la toxina.