Fue gobernador del Territorio de Nuevo México (1878-1881) y ministro plenipotenciario en el Imperio otomano (1881-1885).
Las versiones cinematográficas de Fred Niblo (1925) y William Wyler (1959) tuvieron también un enorme éxito, ayudando a popularizar aún más la historia.
En 2016, el director Timur Bekmambetov realizó una tercera adaptación de su novela para la gran pantalla.
En 1846, al iniciarse la Guerra contra México, Wallace estaba estudiando Derecho.
Poco podía saber Wallace en ese momento que tal oficial era el general de brigada Lloyd Tilghman, al cual él mismo reemplazaría como comandante del fuerte en unos pocos días.
Durante la campaña, la brigada de Wallace fue agregada a la división del general de brigada Charles F. Smith, y ocuparon Fort Heiman, al otro lado del río, frente a Fort Henry.
El superior de Grant, el general de división Henry W. Halleck, estaba preocupado por los refuerzos confederados para reconquistar los fuertes, por lo que Grant dejó a Wallace con su brigada al mando de Fort Henry, mientras el resto del ejército se desplazaba por tierra hacia Fort Donelson.
Disgustado por haber sido dejado en la retaguardia, Wallace preparó sus tropas para salir ante cualquier aviso.
La 3.ª Brigada al mando del coronel Charles Whittlesey estaba en Stoney Lonesome, junto a Adamsville, Tennessee.
Había dos rutas principales por las que Wallace podía desplazar su unidad hasta el frente, y Grant no había especificado, según Wallace, cuál de ellas debía tomar.
Wallace escogió coger la ruta superior, la cual creía que era más practicable y le llevaría hasta Shiloh Church; el día anterior a su marcha escribió una carta a otro oficial manifestándole su intención de obrar así.
Wallace llegó casi al final de su marcha y pudo constatar que Sherman había sido forzado a retroceder y ya no estaba donde había previsto encontrarlo.
Sherman había sido rechazado tan lejos, que Wallace se encontraba en la retaguardia del avance de las tropas sudistas.
Wallace creía que podía lanzar un ataque viable desde donde estaba, atacando así a los confederados en su propia retaguardia, pero siguió las nuevas órdenes de trasladarse en ayuda del ejército a través del camino junto al río.
Antes que realinear sus tropas de manera que la retaguardia pasara a estar en el frente, Wallace prefirió la contramarcha (un movimiento controvertido aun hoy en día); él argumentó que su artillería no habría estado en muy buena posición para apoyar a la infantería cuando esta llegara al campo.
El avance fue lento debido a las condiciones del terreno, demostrando que la contramarcha había sido una decisión errónea.
El ejército de la Unión ganó la batalla al día siguiente, con Wallace y su división ocupando la punta del ala derecha y siendo los primeros en atacar el 7 de abril.
Sin embargo, muy pronto empezaron a trascender entre la población civil los datos de las cuantiosas bajas en Shiloh, y el Ejército exigió explicaciones.
Tanto Grant como su superior, Halleck, culparon directamente a Wallace argumentando que su incompetencia al subir las reservas casi les había costado la batalla.
Sin embargo, Wallace logró retrasar el avance de Early sobre Washington D. C. durante todo un día.
[9] Esto dio tiempo a que los defensores de la ciudad pudieran organizarse.
En sus memorias, Grant alabó las tácticas dilatorias de Wallace en Monocacy.
Grant rehusó hacerlo, y en 1884 escribió un artículo sobre Shiloh para The Century Magazine reafirmándose nuevamente en su opinión de que Wallace había tomado el camino equivocado el primer día de la batalla.
Wallace formó parte del tribunal militar que juzgó a los conspiradores por el asesinato de Abraham Lincoln.
También participó, entre el 23 de agosto y el 18 de octubre, como presidente del tribunal militar que juzgó y condenó a muerte al capitán confederado Henry Wirz,[11] quien había dirigido el Campamento Sumter, también llamado Andersonville, lugar donde fueron hacinados durante la guerra unos 45.000 soldados de la Unión, estimándose en 13 000 las muertes por las malas condiciones.
Sin embargo, tuvo un destacado papel en el juicio celebrado contra los malhechores.
Fue durante su estancia en Nuevo México cuando Wallace terminó de escribir y publicó su gran obra Ben-Hur: A tale of the Christ.
La novela obtuvo un éxito inmediato, y tanto gustó al presidente Garfield que le concedió el cargo de ministro plenipotenciario en el Imperio otomano, instándole a que cuando tuviera tiempo libre recogiera material para otra novela.
Wallace publicó varias novelas y biografías, además de su autobiografía, pero ninguna pudo ni siquiera hacer sombra a su principal obra.
Actualmente constituye un museo que lleva por nombre General Lew Wallace Study & Museum y ha sido designado Monumento Histórico Nacional.