Léster Morgan apareció en los Juegos Nacionales de Santa Cruz 1994 y destacó con el equipo local, al punto que ganó el oro en la final contra Puntarenas, por 1 a 0.
Allí completó tres campañas con los florenses, antes de dar el salto al fútbol internacional.
Ese día le rechazó un penal a Danny Fonseca (minuto 10) y salió lesionado en el segundo tiempo.
Morgan fue descrito como alguien que no conocía extraños, divertido, innovador, amable y encantador.
El fútbol era el escape de Morgan del mundo y persistió en practicar todos los días, ya fuera solo o con otros.
También se especuló en su momento que debido a cuestiones económicas a nivel familiar y de pareja se vio agobiado y tomó la drástica decisión de suicidarse.