Republicano que derivó hacia el nacionalcatolicismo,[3] se formó en la Institución Libre de Enseñanza, convirtiéndose a la religión católica en su juventud.
[6] Hallándose en Madrid en la zona republicana al comenzar la guerra civil, recibiría asilo en la embajada francesa,[7] huyendo posteriormente a Francia.
[4] Miembro de la Asociación Católica de Propagandistas,[9][10] formó parte del grupo intelectual de derecha monárquica surgido en torno a la revista Arbor y a la Biblioteca del Pensamiento Actual que pretendió actualizar el legado dejado por Acción Española.
Los planteamientos maritainianos llevaban a posturas liberales, incompatibles con el bien común».
[14] Gambra destaca que se adelantó más de una década a las críticas contra los postulados asentados en el Concilio Vaticano II, describiendo con anterioridad las desdichas que sufriría la Iglesia católica.