Lente intraocular o LIO es un lente artificial de silicona o material acrílico, la mayor parte de tipo convergente, que se implanta quirúrgicamente dentro del ojo con el fin de corregir o mejorar el enfoque afectado por una disfunción del cristalino.
El cristalino del ojo humano es el equivalente a un lente de 15 dioptrías, por lo que al insertar un lente intraocular se asegura que se haga con unas dioptrías iguales o superiores a esta.
En 1949, Sir Harold Ridley inventó la lente intraocular y marcó el comienzo de un cambio importante en la práctica de la oftalmología.
Por su lugar de insertación el LIO también pueden ser de cámara anterior, delante del iris, de cámara posterior, entre el iris y el cristalino (el más usado Ver: Lentes intraoculares de cámara posterior (ICL)) o epicapsulares y en el surco ciliar, y lentes intracapsulares (los pseudofáquicos).
[2] Y por la forma de afectar el enfoque son: Los lentes intraoculares pueden ser rígidos o plegables (también llamados flexibles); se introducen en el ojo por la misma incisión por la que se extrae la catarata mediante las técnicas de incisión pequeña se colocan dentro del saco que envuelve el cristalino.