El escritor chileno posee una prolífica obra (más de 30 libros publicados), siendo su fuerte el ensayo, la novela y el cuento.
Se le vincula a la literatura indigenista, porque la mayoría de sus asuntos literarios corren por esa vereda, especialmente, el dibujo del pueblo mapuche en su eterna lucha contra el extranjero (huinca) invasor de sus tierras.
Si bien es cierto las obras más conocidas (Vado de Noche, Flor Lumao, El cazador de pumas, El Último Toqui, etc.) pintan acertadamente a los mapuches, sus costumbres, su ambiente, el carácter, no es menos cierto que la pluma solamente se detiene en un frente, sesgando un poco el abanderizarse completamente por su comprometida socialmente.
Asimismo, rememorarán los rumores que corrían sobre la forma cómo ciertos terratenientes hicieron fortuna a costa de los habitantes de esa tierra, esquilmándolos, engañándolos, quitando sus tierras con triquiñuelas legales o abiertamente a través del robo y la ingesta de alcohol.Pero la literatura chilena, con las debidas excepciones, no ha mostrado en toda su dimensión estos hechos.En la actualidad si bien las cosas han cambiado un poco, no ha resultado eficaz para evitar la avaricia de ciertos chilenos y extranjeros.
Pero su fuerte, ya está dicho, es la caracterización del alma mapuche al través de sus novelas.