También pertenecen a esta serie La batalla de la vida (1846) y El hechizado (1848).
Dos días después, Dickens envió a Foster una carta que solo decía: «Hemos oído el toque de medianoche, maese Trivial»,[2] e inmediatamente comenzó a escribir el libro.
Trotty lleva una nota de Cute al parlamentario sir Joseph Bowley, un hombre que ejerce la caridad como si fuera un dictador paternalista.
Meg intenta ocultar su sufrimiento, ya que el encuentro con Cute y los demás le han disuadido de casarse con Richard.
Al final, Meg, en la indigencia, piensa en ahogarse con su hijo, cometiendo así los pecados mortales de asesinato y suicidio.
• Creer que las alegrías y las penas de las personas no importan a un poder superior.
• Condenar a los abatidos e infortunados, y no ofrecerles ayuda ni compasión.
Dickens tomó parte en las protestas contra la sentencia, que finalmente fue conmutada por pena de destierro.
[5] Este caso inspiró numerosas obras, entre ellas el poema The Bridge of Sighs de Thomas Hood.
El joven anónimo que rememora «los viejos tiempos» es una referencia al movimiento Young England.