Las Caldas de Besaya

De las montañas que dominan la zona baja el arroyo llamado Rumiales, afluente del Besaya.

El nombre de Caldas se debe al manantial de aguas termales cercano que desde época romana se había venido usando por sus virtudes terapéuticas.

Buena prueba de ello son los baños que de dicha época aún se conservan en su conocido balneario, situado en un margen del río Besaya.

Fue a mediados del siglo XIX cuando se construyó un complejo con baños, hotel, hospedería y casino.

En 1943 se restauró gracias a Gilberto Quijano, conde de Torre Velarde.

El convento actual se considera fundado por María Ana de Velarde en 1672.

Se trata de un conjunto arquitectónico compuesto de iglesia, claustro y dos cuerpos en sus lados Este y Sur destinados a diversos usos, como celdas, ofertorio, capítulo o biblioteca.

El interior acoge una colección de retablos churriguerescos, dorados, que se considera única en Cantabria.

Son temas dedicados a la vida de San Vicente Ferrer.

Santuario de Nuestra Señora de Las Caldas