Lady Godiva (Collier)

Se encuentra en el Herbert Art Gallery and Museum de Coventry.

Esta figura, pasaría a designarse “Peeping Tom” y formularia el tópico del “voyeur” o “mirón”.

La composición del cuadro, bastante sencilla en apariencia, representa a la joven mujer sobre un majestuoso caballo blanco.

El vibrante rojo bermellón no solo armoniza en gama tonal, abriéndose únicamente por la lograda encarnación de Godiva, sino que su simbolismo trasmite la idea de pasión, valor y fuerza que requiere dicho acto.

Ella sujeta la melena, cabizbaja, ruborizada, por la vergüenza pudorosa de su acto, aunque su cuerpo parece descansado y con los hombros relajados, como sabiendo que nadie la mira.

Tal es la verosimilitud es perseguida hasta tal punto que, en el primer plano del fondo, se encontraría la puerta del monasterio benedictino, cuya construcción fue costeada por ella, junto con su marido (según las crónicas de la época).

Para ello Collier recurriría a una especie de perspectiva área difuminando los contornos de los edificios, a medida que estos se alejan, captando los matices atmosféricos para lograr dicho efecto.

Sus representaciones artísticas, muchas y variadas, se encuentran en mayoría en la exposición permanente del museo Herbert Art Gallery & Museum (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última)., pues el asentamiento lógicamente consta de más arraigo cultural en el propio Coventry, donde se conmemora anualmente la celebración de un festival.

En otro aspecto, la temática sirvió de precedente para toda aquella lucha que emplea el desnudo como elemento reivindicativo de protesta, algo muy común hoy día y que tendría sus orígenes en esta fábula.

Lady Godiva de John Thomas (1861).
Lady Godiva de Adam Van Noort (1586).
Lady Godiva de Claxton (1850).
Lady Godiva de Sir William Reid DicK (1940).